Composición.
Ritmo.
Así como en la música el ritmo se define como la disposición periódica y armónica de voces y pausas a lo largo de una melodía, en el ámbito de la composición fotográfica es la repetición de un elemento formal dentro de la escena. En consecuencia, el ritmo es un concepto que tiene parentesco con el ya mencionado tema de la Relación de Partes, debido a que en ambas ocasiones la razón de ser de la fotografía está en los enlaces visuales que se producen entre las distintas unidades gráficas que integran la imagen; con la diferencia de que en el caso que ahora nos ocupa esta relación es siempre armónica, hay coincidencia en el mensaje que emiten las partes, y su peso comunicacional esta más en el aspecto estético que en el contenido, a causa de la sencillez de su esencia, simple repetición de figuras iguales o muy parecidas, lo que limita en alta medida las posibles interpretaciones significativas, pero mucho menos las potencialidades de expresar belleza. Volviendo a hacer analogía con la música, podemos decir también que las composiciones con ritmo tienen características coral, ya que estás constituidas por individualidades visuales similares y más o menos del mismo tamaño, que se repiten de forma coherente; algo bastante aproximado a un orfeón de cantantes que entonan al unísono una misma tonada. Así mismo, tenemos que señalar además que el ritmo se puede conseguir dentro de la imagen en diversas medidas, desde notoriamente con una fuerza que lo hace evidente a primera vista, hasta con discreción en repeticiones no tan obvias que solo identifica el observador atento.
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Esto se puede presentar de cinco maneras distintas: repetición de los objetos en un mismo plano, con todos ellos de un mismo tamaño; repetición de los objetos alejándose, empequeñeciéndose estos progresivamente en la medida que su distancia de nosotros aumenta; repetición de los objetos acercándose, engrandeciéndose ellos en la medida que su lejanía de nosotros disminuye; repetición de los objetos en desorden, con estos distribuidos irregularmente en todo el espacio del encuadre; pudiéndose dar también la situación de que dos o tres de los mencionados casos se combinen. Un ejemplo de ritmo en un mismo plano puede ser un grupo de muñecas de trapo, colocadas todas iguales unas al lado de las otras, y protegidas por un vidrio donde se refleja levemente el fotógrafo y su cámara; mientras que un ritmo en desorden lo puede constituir un grupo de niños uniformados reunidos en una plaza, con trajes oscuros y sombreros blancos, vistos desde un ángulo de toma alto. Por lo general el ritmo le otorga a la imagen un sentido de orden, regularidad y armonía agradable para el espectador.
Comentario personal:
El ritmo de la composición de una imagen es fundamental debido a que a esta podremos dar un seguimiento estético a nuestra fotografía, mediante esta tendremos una dirección que le dará el sabor peculiar que nosotros queremos conservar, podrá sonar como algo irrelevante el hecho de tomar una foto a algo que simplemente se encuentra estático, pero la función de esta le da un toque exquisito a las imágenes.
Una sensación de profundidad nos embarcará y nos guiará a un destino que inclusive se desconoce en el rango del panorama, la ubicación precisa del ángulo delimitara esta acción.
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